MACHISMO: GRANDES PERSONAJES VIEJO PROBLEMA

Publicado en por Círculos de estudio Psicología para el Cambio

"Hay un principio bueno, que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo, que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer…"

Pitágoras (580 – 500 a.c.) Filósofo griego.



HISTORIA DEL MACHISMO:

Estaba hoy leyendo sobre uno de mis genios favoritos: Wolfgang amadeus Mozart. Y encontré cosas interesantes, las cuales desconocía. Así como él fue un gran genio, no eran el único en su familia. En efecto, su hermana Nannerl Mozart, nació también dotada de esa misma genialidad. Ambos fueron niños prodigios (inclusive llegaron a interpretar juntos para grandes personalidades en su infancia). Luego llegó un momento decisivo en su historia, no había lugar en esa sociedad para dos personas que bregaban por ocupar un mismo nicho. Luego, Narnnerl tuvo que renunciar a sus aspiraciones, no por ser menos digna o brillante, sólo por ser mujer, haciéndose a un lado para que su hermano varón pudiera llegar a la fama imperecedera.

El machismo constituye un fenómeno transcultural, ya que toda cultura, para dar garantías de supervivencia, debe modular la expresión de sus necesidades adaptándolas a las condiciones históricas y ambientales que están en continua relación con sus miembros. Por ello podemos referir que el machismo ha trascendido los límites del tiempo, pues el reconocimiento de este fenómeno se da desde muy temprano en la historia de la humanidad.

En las sociedades que basaban su economía en la caza (sociedades tribales), se produjo, por primera vez, la división de las tareas entre el hombre y la mujer. Los hombres tenían la misión de encontrar el alimento para el hogar, este alimento por lo general consistía en feroces animales que debían cazarse en grupos, y a la mujer le correspondía el cuidado de la progenie y el hogar. El motivo, más que un impedimento en el plano de habilidades (antes de esto las mujeres cazaban la comida con los hombres) deviene con el establecimiento o asentamiento humano. Tenía que ver con diferencias anatómicas que hacían de la mujer una mejor cuidadora de sus pequeños, principalmente por la posibilidad de amamantarlos.

Posteriormente, comienza a ser atribuido al trabajo masculino una preponderancia excesiva en desmedro de las actividades de las mujeres, quienes son vistas en un papel más pasivo y que no guarda relación cercana al modelo icónico religioso del imaginario colectivo de los hombres de aquellas épocas (los dioses, poderosos guerreros, debían ser la imagen y semejanza de los fieros y diestros cazadores). Es en este primer momento en que comienzan a instaurarse las pautas diferenciales de ambos sexos, adquiriendo un carácter jerárquico, la cual no responde más que a una expresión cultural perpetuada bajo la forma de un “patriarcado” en las diferentes épocas históricas y que se ha visto reforzada por prácticas religiosas, intereses económicos, ambiciones de poder.

En los antiguos pueblos de occidente (Grecia, Roma) las relaciones sociales en la familia proyectaban a la mujer a un segundo plano, todo su sistema giraba en torno a la concepción machista del pueblo, y si bien incluían a las mujeres dentro de su sistema panteísta, los dioses femeninos encarnaban principalmente la corrupción y la maldad. Con la llegada del cristianismo, se producen nuevos cambios en la concepción de autoridad del hombre, cuyo poder ahora era divinamente legítimo al interior de la familia.

 

 
 Hoy en día el machismo es un lenguaje, una concepción tan arraigada en nuestra psique, que cuesta descubrir el velo que envuelve sus mecanismos, está presente en todos los aspectos de nuestra interacción tanto de hombres con mujeres, mujeres con hombres, hombres con hombres y mujeres con mujeres. Se encuentra manifiestamente “oculto”, como el aire que respiramos.

La perpetuación de este fenómeno denominado machismo se dio por la influencia de personajes significativos que ejercían gran influencia en el pensamiento colectivo de aquellas épocas, las cuales, lamentablemente, perduran hasta la actualidad. Estos personajes no eran solo filósofos, escritores, políticos, dramaturgos, actores, pianistas y teólogos, sino que mantenían su propio concepto del género femenino,  que no solo desvaloriza a la mujer, sino también la subyuga al dominio del hombre, a quien realzan en lo más alto y divino de la creación.  Así tenemos:

 

 

 

 ARISTÓTELES (384-322 a.C) Filósofo Griego
“La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades”.

SANTO TOMÁS (1225-1274) Teólogo y Filósofo italiano
“El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo
de la procreación, mientras que la madre es tan solo el principio pasivo”.

SEVERO CATALINA (1832-1871) Político y escritor español
“Desde la edad de seis años, la mujer no crece más que en dimensiones”.

ARTHUR RUBINSTEIN (1887-1967) Pianista polaco
Una mujer es como un puro: hay que encenderla a menudo”.

EL CORAN
“El dominio masculino es indispensable para que los hombres puedan
apropiarse del producto de la fecundidad femenina”.

NOEL CLARASÓ (1905-1985) Escritor español
“El hombre que a los 20 años no cree en la mujer no tiene corazón, y el
que sigue creyendo en ella a los 40 ha perdido la razón”.

SACHA GUITRY (1885-1957) Dramaturgo francés
“Si la mujer fuera buena, Dios tendría una”.

OSCAR WILDE. Poeta y escritor Ingles.
“El hombre bígamo tiene dos mujeres. El monógamo también”.

 

 

No cerremos los ojos ante una realidad con un machismo que perdura y se perpetúa ahora no solo por hombres “pensadores”, sino también por una sociedad “Moderna” pero que sigue manteniendo en la crianza el machismo. Hay que tomar consciencia de lo sutiles que somos al hacerlo y de lo introyectado que lo tenemos, para poder generar el cambio. Empecemos desde ahora evaluando nuestros propios actos, ya que corremos el riesgo de llegar a los mas furtivo y deplorable del machismo, que es convertirnos en víctimas o victimarios de violencia en el hogar, lo cual puede conllevar a la muerte. Ya que entre el 2004 y 2007 solo en el Perú, 403 mujeres fueron asesinadas por sus esposos en varias regiones del país (DEMUS 2007). Es asi que no solo hablamos ahora de un fenómeno transcultural que ha perdurado en el tiempo, sino de un mal social que de continuar con la desigualdad, puede producir la muerte, considero yo que este crimen debe ser atendido por el estado, ya que no tiene cura y vacuna que desaparezca un pasado con desigualdad en búsqueda de sangre. 


Ornella Raymundo Villalva

Estudiante de Psicología VIII ciclo 

 

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